Traviesas,
inquietas,
asustadizas,
crecen las hadas,
entre las rosas y
las margaritas.
Y allá en la sobra
de aquel árbol
frondoso y grande
en verde,
bajo una piedra,
entre sus rices
el mas bello manantial,
sus aguas son frescas,
destellos multicolores,
centellean al la luz
de las estrellas, y
más de aquella
que llamamos sol.
Los grillos susurran
sus notas al viento,
padre que feliz estoy,
las aves graznitan
con famélico acento,
dedicado al nido en la tierra,
madre que feliz estoy.
Y sobre la hierba
fragante, tomados de la mano,
el dolor y el amor,
meditan en silencio
sobre lo que escuchan hoy.
¡que feliz estoy!
¡que feliz estoy!
¡gracias a mi madre y padre,
desde el corazón!
HMTV65 AGOSTO 2016
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