RIQUEZA DEL ALMA

Como tesoro perdido,
en la inmensidad del mar,
te encontré, bien mio,
caminando sobre la arena.
Tan solo, tan triste,
con hambre de amor,
y me fui siguiéndote
en el silencio,
tome tu mano, y la sujetaste
tierno, calmado,
y sin palabras
seguimos lado a lado,
recorriendo la senda
de las estelas que el mar
nos deja,
permitimos que el golpe
del agua y el roce
de la delicada arena,
nos moldeara el cuerpo,
templara nuestra fuerza,
y el sol incesante ilumino
y fundió el alma
en estos cuerpo, en esta tierra
en el mar, la brisa
y la vida,
tesoros divinos
de incalculable valor.

hmtv65. Agosto 2015

mesadumbre

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