Las animas
de antepasados
han venido a visitarnos,
cada vez que la angustia
se anida en el pecho.
Las animas
de antepasados,
siguen cuidando
nuestros pasos.
Ellos susurran a tus oídos,
ellas te guían,
ellas suplican,
por nuestros desvarios.
Que andemos la senda,
donde es lo correcto,
que andes la senda
de los imperfectos.
Y sin sobresaltos,
y sin sabores,
sin amarguras,
sin vejaciones.
Ellos transitan
en lo invisible,
y en la conciencia
se hacen visibles.
Aprender a escucharlos,
sin temor y sin enfado,
dejar las guías
de antepasados,
nos orilla a equivocarnos.
hmtv65. Agosto 2015.
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