Muerte divina,
Señora extremadamente serena,
De místicos destellos
Y opaca mirada.
Tú, que transitas por todos los rincones,
Donde el ser humano no puede vagar,
Tú, que logras ver a través de los hombres,
Como si fueran de cristal.
Conoces sus temores, sus deseos,
sus anhelos, sus amores,
sus debilidades y la hora
en que te han de seguir.
Muéstrame el camino que me debe conducir,
A la persona amada y morir junto a él.
Permíteme señora tocar las fibras de su alma,
Para enlazarla con la mía. y hacer fuerte nuestro amor.
Que nada lo detenga,
Que nadie lo entretenga,
Que escuche mi voz,
Que sienta mi calor-
Que anhele el sabor de mis labios. y se entregue,
sin miedos ni reservas a este amor,
que en la distancia nos une y nos hace vibrar,
en una sola oración, de amor puro y verdadero.
hmtv.
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