Almas perdidas

En la negrura de mis pesadillas,
esta el recuerdo vivo,
del ser más amado y odiado,
reflejo del alma mía.
En las tinieblas de un bosque
espeso, perdido entre los
musgos, guijarros y veredas,
te he de encontrar amado mío.
Alma mía, alma llanera, que vagas
por las enredaderas que caen
y se cuelgan de robles viejos, amapas
pinos y almendros.
Llega pronto hasta el nido, de una águila,
allá en las montañas, allá en las
zonas isleñas, y cobija con tus
alas aquellas criaturas que piden
a gritos amor, y alimento, que nutra su
espíritu, su cuerpo, su mente,
y de comienzo al eterno festejo
por las renovadas crías.
hmtv marzo 2017


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