MESADUMBRE

En las fronteras de lo inhóspito,
Se encuentra encadenada mi alma,
En las fronteras del vacío
Te fuiste en ventura inesperada.

Quédome con los brazos muertos
Fríos, ya no tiene la cosa amada,
Quedáronme mis piernas inertes,
Frágiles, en el olvido sin el precio de tu mirada.

En el vacío, en lo inhóspito, en lo insondeable
Vagaron una tras otra, lágrimas como cristales,
Y en las fuerzas de los vendavales,
Sonaron huecas todas las voces lanzadas en agonía.

Los gritos, lo ayes, todo era en vano,
Atardeceres y amaneceres nuevos llegaron,
De aquellos días, de aquellas noches,
Hasta los grillos los olvidaron.

En la cúspide de mi atardecer vivido,
Resplandece de nuevo erguido,
El sol, el viento, el murmullo
Del nuevo rostro de mi amor.

Las aves con sus trinos melodiosos,
Hacen más amaneas mis horas de ocio,
Mientras los gatos cual lisonjeros,
Maúllan por una caricia, exigen la
Caricia en su pelo.

Las luces del día pardean anunciando
La entrada de la noche, y yo tirada sobre
Un cómodo y mullido colchón, escribo
Palabras del corazón y curiosidades del alma.
te regalo una sonrisa

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